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Mujer con cáncer

Nutrición: ¿cómo alimentarse durante el tratamiento contra el cáncer?

La alimentación es una parte importante del tratamiento contra el cáncer. Comer los alimentos adecuados durante y después del tratamiento, puede ayudar a que el paciente se sienta mejor y más fuerte. ¿Cuál es la importancia de una buena alimentación?:


Una buena alimentación o nutrición es fundamental para la persona que padece cáncer.

Esto porque debido al tratamiento, muchas veces genera cambios en la forma de comer, especialmente si existen efectos secundarios y la persona no se siente bien.


Al estar en tratamiento, “también puede afectar al paciente, la manera de tolerar ciertos alimentos”, manifestó la nutricionista Cintia Demmer Werner de Clínica Alemana Osorno.
La especialista, además explicó que, generalmente, se requiere cambiar la forma de alimentación, para fortalecer y soportar los efectos tantos de cáncer y su tratamiento.

Necesidad de nutrición


La necesidad de tener una buena nutrición, se hace necesaria para el tratamiento del cáncer. Muchas veces al no existir la tolerancia por algunos alimentos necesarios, puede que se requiera comer alimentos que, normalmente, no se recomendarían al tener un buen estado de salud.


Por ejemplo, consumir alimentos con un alto nivel de grasa, para que ayuden a mantener un peso, así como también con alimentos espesos o fríos como los helados o los batidos de leche con fruta.


Beneficios de una buena alimentación


Comer y alimentarse bien mientras la persona se encuentra en tratamiento para el cáncer es beneficioso para obtener los nutrientes que el cuerpo necesita para hacer frente a la enfermedad, además que, permitirá al paciente:

  • Sentirse mejor
  • Mantener un nivel elevado de fuerza y energía
  • Mantener su peso y las reservas de nutrientes de su cuerpo
  • Tolerar mejor los efectos secundarios con el tratamiento
  • Reducir su riesgo de infecciones
  • Sanar y recuperarse más rápidamente


Dentro de los nutrientes necesarios para un plan alimenticio tal como lo explica la nutricionista Cintia Demmer, están las proteínas, grasas, carbohidratos, agua, vitaminas, y minerales.

  • Proteínas: son necesarias para el crecimiento y la reparación del tejido corporal, así como para mantener sano nuestro sistema inmunitario. Cuando el cuerpo no recibe suficiente proteína, puede que recurra a desprender de la masa muscular el combustible que necesite.


Esto podría prolongar el tiempo de recuperación de la enfermedad y reducir la resistencia a las infecciones.

Las personas con cáncer a menudo necesitan más proteína de lo común.

Después de la cirugía, quimioterapia o la radioterapia, normalmente se necesita proteína adicional para sanar los tejidos y ayudar a combatir las infecciones.


Entre las fuentes buenas de proteína se incluye cortes magros de carnes rojas, huevos, productos lácteos bajos en grasa, nueces, crema de cacahuate (mantequilla de maní), guisantes y lentejas secas, y alimentos de soya.

  • Grasas: Las grasas y los aceites son una rica fuente de energía para el cuerpo. El cuerpo separa las grasas y las usa para almacenar energía, aislar los tejidos del cuerpo y transportar algunos tipos de vitaminas a través de la sangre.


“Hay algunas grasas que son mejores que otras”, dijo la nutricionistade Clínica Alemana Osorno. Al considerar los efectos de las grasas en el corazón y el nivel de colesterol, opte por grasas monoinsaturadas (aceites de oliva, canola y cacahuete) y grasas poliinsaturadas (estas se encuentran principalmente en aceites de cártamo, de girasol, maíz y semilla de lino así como en los mariscos) más a menudo que por las grasas saturadas o las grasas trans.

Las grasas saturadas se encuentran principalmente en productos de origen animal como carnes rojas, aves, leche entera o baja en grasa, queso y mantequilla. Algunos aceites vegetales como los aceites de coco, de corazón de palma y de palma son saturados.

Las grasas saturadas pueden elevar los niveles de colesterol y con ello incrementar el riesgo de enfermedad del corazón. Se debe procurar que no más del 10% de las calorías consumidas provengan de grasas saturadas.


Las fuentes de grasas trans se encuentran en los bocadillos y productos horneados con aceite vegetal parcialmente hidrogenado o manteca vegetal. Las grasas trans también son naturales en algunos productos de origen animal como los productos lácteos. Este tipo de grasas puede elevar el colesterol malo y reducir el colesterol bueno. Evite las grasas trans tanto como pueda.

  • Carbohidratos: son la principal fuente de energía para el cuerpo y ofrecen al cuerpo el combustible que requiere para la actividad física y para el funcionamiento adecuado de los órganos. Las mejores fuentes de carbohidratos (frutas, verduras y granos enteros) proporcionan vitaminas y minerales esenciales, al igual que fibra y fitonutrientes a las células del cuerpo.



La fibra es la parte de los alimentos vegetales que el cuerpo no puede digerir. Existen dos tipos de fibra: la fibra insoluble, la cual ayuda a eliminar los residuos de la comida fuera del cuerpo con mayor rapidez, y la fibra soluble que se adhiere al agua en las heces fecales para el ablandamiento de las mismas.


Entre otras fuentes de carbohidratos se incluye pan, papas, arroz, pastas, cereales, maíz, arvejas. Los dulces (postres, caramelos y bebidas con azúcar) pueden suministrar carbohidratos, pero ofrecen muy pocas vitaminas, minerales o fitonutrientes.

  • Agua: el agua y los líquidos o fluidos son vitales para la salud. Todas las células del cuerpo necesitan agua para funcionar. Si no se ingiere suficiente líquido o si se pierde mucho líquido por causa de vómitos y diarrea, el cuerpo puede deshidratarse. Si esto sucede, los líquidos y minerales que ayudan a mantener el buen funcionamiento del cuerpo pueden llegar a niveles peligrosos por descompensación (desequilibrio por escasez).

  • Vitaminas y minerales: el cuerpo necesita vitaminas y minerales para que funcione adecuadamente y utilice la energía (calorías) en los alimentos. La mayoría se encuentran naturalmente en los alimentos, pero también se venden como pastillas y suplementos líquidos.
    Para la nutricionista Cintia Demmer, si el paciente está considerando tomar un suplemento, es importante que se asegure de consultarlo primero con el doctor.



Esto porque algunas personas con cáncer toman grandes cantidades de vitaminas, minerales y otros suplementos alimenticios en busca de estimular su sistema inmunitario, o incluso para destruir las células cancerosas. Pero algunas de estas sustancias pueden ser perjudiciales, especialmente cuando se toman en grandes dosis.

De hecho, algunas vitaminas y minerales en grandes dosis pueden provocar que la quimioterapia y la radioterapia sean menos eficaces.


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